Lo dice el Director General de Salud, Carlos Artundo: hay un problema de fragilidad en los centros de salud por falta de médicos, algo que no se va a resolver a corto plazo. El caso es que un sanitario manifestó hace tiempo algo que es básico: o se apuesta por la sanidad pública o no se apuesta por la sanidad pública. Esto es la clave: si queremos una sanidad pública que sea un bien común pero que a su vez cuente con unos profesionales preparados, descansados, motivados y pagados hay que apostar por ella a nivel político, gubernamental, mediático y social. No podemos estar poniendo parches cada por tres ante situaciones que muchas veces son estructurales, escatimando recursos o no destinando los necesarios. Evidentemente, se masca una huelga de médicos en Navarra y toda huelga sabemos que es una medida de presión ante la patronal para obtener mejoras. En este caso, las mejoras son para los propios facultativos pero la mayoría –no todas– también redundan en el sistema y en nosotros los usuarios, que seremos los paganos de la huelga pero que también estamos siendo los paganos –junto con los médicos y sanitarios de todo tipo– de los problemas que se viven en ciertos campos. Es obvio que en todo conflicto habrá intereses diversos y por supuesto errores de unos y otros, pero no tengo duda de que al final si los médicos van a la huelga es porque consideran que es la única y última manera de tratar de salir de una situación con muchas variables, algunas solucionables a corto plazo y otras a medio y largo. He tenido a lo largo de mi vida mucha suerte con los médicos y médicas de atención primaria que me han tocado. Sé que no siempre es así, pero en mi caso así ha sido: estoy muy agradecido a la sanidad pública. Es un trabajo de todos pelear porque los responsables de llevar nuestros impuestos a cada departamento capten qué queremos como sociedad.