Madre mía, cómo está el patio de Monipodio, lleno de escándalos, broncas, mentiras y jolgorios varios. A saber cómo calificaran estás últimas décadas por las que atravesamos con supina ignorancia y descarado desparpajo, digno de mejores y más gloriosas metas. Tengo claro que si hay que nominar a este tiempo descarado y agresivo es con la determinación de la época de la mentira, engaño y mendaz decir y hacer. La mentira se ha hecho reina y señora del discurso humanos en cualquiera latitud y las sociedades, unas y otras hacen de la mentira instrumento de vida y humano funcionar. La mentira que en otras épocas se dignaba a medir todo por esta vara de medir, la verdad/mentira era la clave del comportamiento humano. Curiosamente en pleno imperio de los medios audiovisuales y tradicionales, la mentira se mezcla con agresivo descaro para contar cada día, manipulaciones informativas, sucesos mentirosos y fake news escandalosas, que faltan a la verdad. Al personal, frustran las esperanza de verdad y conocimiento de las audiencias y hace del globo informativo, territorio patético de la vergüenza sacrificada al honor pisoteado y machacado, donde todo vale si los intereses de diversos orígenes y peso se imponen en la sociedad del fin que legitima los medios y así nos va la batalla de nuestros días: calma, flema, pachorra, tranquilidad, marihuana... Auténtico disparate de un mundo perdido en la mentira, el manejo informativo y la siembra sistemática de la asquerosa realidad que siembra la mentira en diversos grados. La mentira anida en nuestros corazones y al calor de la serpiente se va incubando la trampa para propagar la especie a los 4 continentes y asfixiar el género humano en la ciénaga de la apariencia, el truco y el maldito arte del birlibirloque.