Después de muchos meses de intenso trabajo, el Gobierno foral ha publicado esta semana en el Boletín Oficial de Navarra los decretos forales por los que se modifica la plantilla orgánica de la Administración y en los que se determinan las plazas en las que se valorará como mérito el euskera y los idiomas de trabajo de la Unión Europea en los distintos departamentos, y las plazas bilingües, es decir, aquellas en las que será requisito saber euskera.
Un proceso complejo, que no cuenta con respaldo sindical, y con el que el Ejecutivo busca ofrecer una mejor atención a la ciudadanía vascoparlante, cada vez más numerosa, al tiempo que garantiza los derechos laborales de los y las trabajadoras de la Administración. En concreto, al término del proceso, habrá 769 plazas bilingües con requisito de euskera, lo que supone el 4,9% de los cerca de 16.000 puestos que pueden ser perfilados (no se contabilizan ni los docentes ni las jefaturas). Por otra parte, el euskera será mérito en 8.078 plazas, es decir, en un 44,6% de los alrededor de 18.000 existentes (en este caso sí se incluyen las jefaturas).
La nueva situación del euskera en la Administración es fruto de la confluencia de dos procesos paralelos. El primero es la aprobación, por parte de todos los departamentos del Gobierno, de sus planes lingüísticos que, entre otras cuestiones, definen los puestos con perfil bilingüe (euskera como requisito). El proceso se inició en la pasada legislatura en base a un decreto de 2017 y ha culminado este año con la aprobación de 258 nuevas plazas con requisito de euskera, lo que supone un incremento del 50% con respecto a las 511.
La implementación de estas plazas, según remarcaron la consejera de Interior, Función Pública y Justicia, Amparo López, y la vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo, se realizará de forma gradual y respetando los derechos laborales y la igualdad de méritos y acceso. Al término del proceso habrá 769 plazas con requisito de euskera, lo que supondrá el 4,92% del total, y estarán presentes en los trece departamentos, algo que no sucedía hasta ahora. Esto significa que las personas que ocupen dichos puestos deberán acreditar que tienen un nivel B2 o C1 de euskera, según la plaza.
Saber euskera, puntúa
El segundo proceso viene marcado por la aprobación del nuevo decreto de méritos que establece en qué plazas el euskera así como las lenguas comunitaria( inglés, francés y alemán) u otras cuestiones como formación o experiencia se contabilizan como mérito.
Según establece el decreto, saber euskera contará como mérito en un total de 8.078 puestos de la Administración, lo que supone el 44,6% de las alrededor de 18.000 plazas (no se contabilizan los alrededor de 8.100 docentes que tienen su propio sistema pero sí las jefaturas, cosa que no ocurre en las plazas bilingües). En la gran mayoría de puestos (7.619) se valorará saber euskera, inglés, francés o alemán mientras que en 459 solo será mérito el conocimiento del euskera. Por contra, en 1.459 plazas será mérito saber uno de los tres idiomas comunitarios.
El decreto de méritos afecta, sobre todo, a concursos de traslado y también al acceso si se trata de un concurso-oposición (básicamente Osasunbidea porque Educación tiene su propia regulación). Esta normativa ha recuperado la posibilidad de que el euskera sea mérito en la zona mixta, que es donde se concentra la mayoría de las plazas susceptibles de ser meritables precisamente por el peso de Osasunbidea. Sin embargo, el Gobierno foral no ha llegado a la denominada zona no vascófona.
Atender a la población euskaldun
Estos dos procesos, en los que han estado especialmente implicados los departamentos de Función Pública y de Euskera, buscan conciliar la mejora de la calidad de la atención pública de la Administración hacia una población cada vez más bilingüe (hay casi 100.000 euskaldunes y más de 75.000 entienden el euskera) y el respeto a los derechos laborales de los trabajadores.