Atrás quedaron aquellos años en los que el conocimiento estaba, únicamente, en los libros. Luego se pusieron de moda en las aulas las fichas didácticas y gracias que llegó Google para ayudar a hacer los deberes porque en las casas ya no había enciclopedias. Ahora resulta que la bomba es el Chat GPT y el profesorado ya se está preguntado si va a ser un aliado o un enemigo. Una herramienta/robot a la que tan solo tienes que preguntar y recibirás una contestación en solo unos segundos porque lo sabe todo. A ver quién sabe identificar en esa tarea escolar lo que viene de máquina! Sabemos que con semejante caudal de información -a solo un click- no hace falta que los niños memoricen tanto pero no sé hasta dónde el sistema educativo se ha adaptado a estas mentes digitales acostumbradas a pensar en imágenes y sonido, porque lo cierto es que los padres y madres necesitan llevar a sus hijos e hijas a academias de refuerzo -estoy rodeada de casos- porque los peques ni estudian ni se concentran ni entienden de muchas materias al menos desde tercero de Secundaria. Leo también en el New York Times que los colegios de Finlandia ya están enseñando a una generación desde preescolar a identificar informaciones falsas. Muestran a los escolares vídeos de Tick Tock o noticias que les llegan a través de redes sociales por ejemplo y debaten sobre su motivación o origen para desarrollar el sentido crítico. Y lo dice Pedro Etxenike en una entrevista hoy: “Yo valoro una educación que enseñe a pensar, entender, utilizar lo que ya se sabe para crear cosas nuevas”.