En Ibero el campo de fútbol no estaba en el pueblo. Había que entrar en las instalaciones de Isterria, cruzar la cancha de baloncesto, varios caminos más y bajar por un pinar hasta dar con él, ya bastante deteriorado en los años 90. En Ibero al fútbol se jugaba en el frontón al aire libre que preside la plaza central del pueblo o un poco más a a la derecha, en la placilla de detrás de casa de Patxi y Merche. Supongo que allí habría dado David García sus primeros balonazos, pues la casa de sus abuelos maternos queda a menos de 100 metros -la de los abuelos paternos queda algo más lejos, ya más cerca del río-. Estos días ha habido opiniones para todos los gustos entre la hinchada rojilla tras su convocatoria con la selección española: los que pasan de la selección y les molesta que lleven a jugadores de aquí, los que pasan pero se alegran por el chaval, los que son de la selección y están encantados, los que tienen miedo de que con los que nos viene en San Mamés le pase algo… Todo el habitual baremo de sensaciones y reacciones de un lugar tan peculiar como este. Yo me quedo con la alegría del jugador y de su novia el día que se hizo pública la convocatoria, lo que demuestra el larguísimo camino que se emprende desde que das la primera patada a un balón en el frontón de tu pueblo, seguramente con su padre, José Javier, hasta que una mañana de marzo te llaman para decirte que has sido escogido entre los 26 jugadores más en forma de un país de 50 millones de habitantes.

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Día histórico para Osasuna: las imágenes de David García con sus compañeros, su novia y aficionados OSKAR MONTERO

¿Que si se asienta se revalorizará y será más difícil retenerlo aquí? Ya lo dije hace meses: ojalá se quede, pero si se va, alegría y cero reproches. Ahora toca celebrar y felicitar a José Javier, Marisol, Ángela, Juanjo, Encarna, Arantxa, Iñaki, Capi, Soco, Nerea, los abuelos paternos y a toda la familia y amigos, incluido el recuerdo para el difunto abuelo Miguel. Y a Osasuna. ¡A disfrutar!