Hay dos Félix en la tele: Félix Rodríguez de la Fuente, que nos enseñó a amar los animales y la naturaleza; y Félix Linares, que nos ha hecho querer el cine y sus secretos en ETB. El primero estuvo 14 años en televisión hasta su trágico accidente y Linares cumplirá el doble mañana. El hombre del cine en Euskadi pone el the end a su leyenda de película al llegar a 1.500 emisiones de La Noche de… Reunidos los films que presentó y sus comentarios darían para una enciclopedia Espasa del séptimo arte y acumularían sobrados méritos para recibir el doctorado honorífico de la UPV. Me lo pido. La principal cualidad de Félix –y motivo de su popularidad y éxito de audiencia– ha sido elegir el rol de divulgador en vez de optar por el de crítico, evitando el engolamiento y petulancia de los expertos en la prensa escrita. Y por eso su preludio superaba en interés a la película. Siempre fue generoso, incluso con pelis aburridas, pero también mostró sin disimulo su adoración por Woody Allen y Tarantino, tan discutibles. Quiso ser algo así como el encargado del videoclub recomendando cintas y como el viejo librero con las buenas novelas. Para no olvidar su imagen me quedo con su característico gesto de entornar los ojos y sonreír a la vez, lo que le hace atractivo y más galán, pues de cine va la cosa. ¿Quién es Félix Linares, finalmente? Un clásico en el mejor sentido de la palabra. Tengo para mí que Linares prefiere la radio a la tele y más que el cine ama los libros. Pudo ser jefe, pero su vocación no cabía en un despacho. Su formato literario Pompas de papel y después Iflandia junto a Kike Martín en Radio Euskadi son una contribución impagable a la cultura. ¡Lástima de horarios marginales! Viene el periodista de micrófono y reportero Dani Álvarez a sustituirle. No le veo en esta película. Sorpréndenos.