A falta de mes y medio para las elecciones del 28-M, los partidos dan pinceladas sobre la estrategia con la que pretenden seducir al electorado y se marcan sus objetivos para la trascendental cita con las urnas. Como es habitual en estos trances, casi todos tiran por elevación, solo que algunos lo hacen desde la prudencia y otros, como es el caso del PPN, desde la ensoñación.

Uno de los que más se juegan en este envite es Javier Esparza, a quien la mayoría de la derecha culpabiliza de haber dinamitado Navarra Suma, por lo que va a analizar con lupa el resultado que obtenga este espacio. Una responsabilidad que el presidente de UPN trata de sacudirse destacando que dispone de encuestas que indican justo que lo contrario que hace cuatro años: que lo que ahora conviene a la derecha es concurrir por separado. En cualquier caso, Esparza asegura que “UPN será la primera fuerza”, al tiempo que minusvalora el goteo de bajas que sufre su partido casi a diario.

También María Chivite se ve con opciones “opciones reales” de ser el partido con más apoyo de Navarra. Una situación que se dio por última vez en 1987, pero que algunos sondeos no descartan que pueda repetirse.

Geroa Bai ha optado por una precampaña elocuente: ‘Uxue (Barkos) presidenta’, se lee en sus carteles. El mismo mensaje que se proclama en sus comparecencias, en las que subraya sus aspiraciones de regresar al Palacio foral, donde ya estuvo entre 2015 y 2019.

EH Bildu no es ajeno al optimismo generalizado con el que todas las formaciones del arco parlamentario afrontan la precampaña. Su candidata, Laura Aznal, recuerda que su formación “ha sido determinante” en esta legislatura y vaticina que “lo va a ser cada vez más”. Un pronóstico compartido por Contigo Navarra, que tampoco tiene duda de que va a “crecer en representatividad”.

Llaman la atención, sin embargo, las pretensiones con la que el PPN llega a estos comicios. “Salimos a ganar”. dice el presidente de un partido que tiene su techo electoral en los cuatro parlamentarios conseguidos en 2011, que se quedaron en la mitad cuatro años después, antes de diluir sus siglas en Navarra Suma. De todas formas, bien sabe su candidato, Javier García que su aspiración no es compartida ni por la dirección ni la militancia del PPN, ya que de lo contrario el 29-M tendría que dar algo más que explicaciones.