De pronto he tenido el convencimiento de que aferrarse a la vida con fiereza es una grosería. Aunque, espera: olvida eso. Qué bobada. Lo he escrito con un boli bastante raro que me he encontrado en la calle y no me fío mucho. Ni siquiera parece mi letra. Hoy en día hay tecnologías invasivas que te hacen decir lo que no quieres. Empecemos de nuevo. Con otro boli, claro. Estamos ahí, un día más, Lucho y yo. Sí, así está bien, sigamos. Y me suelta: ¡Ferdy! Y yo: ¿Ferdy? Ahora, cuando se quiere poner estupendo me llama Ferdy. Así que me dice: Mira, Ferdy, si queremos que aquí venga mucha gente a beber cerveza cuantos más días mejor, habrá que hacer algo ya con las adorables meadas consiguientes. A qué te refieres, Lutxo, viejo canalla anhelante, le pregunto. Y salta: He tenido una idea genial. Y yo: ¿Otra? Últimamente no para, debe de estar tomando algo. Bueno, pues resulta que dice que ha inventado el pañal para bebedor de cerveza en el casco viejo. Un pañal de máxima absorción para acérrimos bebedores, ese es todo su invento. El Pañal para Adultos Obligatorio en Pamplona, matiza. El PAOP. Y añade: Hay pañales que pueden retener hasta siete litros de líquido. La sensación de que todo fluye de un modo cada vez más acelerado hacia el desastre es constante, pero a pesar de todo hay momentos divertidos. Es decir, si los miras con buenos ojos, claro. La gente no va a querer ponerse un pañal gigante, estás majara, le digo. Y me dice que no conozco el mundo en el que vivo. Te lo sacas de la mente, le añades cierta gracia imaginaria, para darle vida emocional y entonces te suelta que no conoces el mundo en el que vives. Y él sí, claro. Qué triste es todo. Cree que si se promociona correctamente puede ser una idea pionera. El PAOP unisex. Los del ayuntamiento deberían estar trabajando en ello, buscando sinergias positivas, dice. Si yo fuera candidato, ya lo habría contratado.