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Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

Jenni Hermoso: Ni un paso atrás

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Ni chicha ni limoná. El Tribunal del Deporte ha dejado en falta “grave” la investigación a Rubiales, es decir, relega a una mera actitud indecorosa el comportamiento del todavía presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) –pese a las contundentes imágenes que todos y todas hemos visto– y deja al Gobierno sin poder suspender a Rubiales. Con la nueva Ley del Deporte en trámite sólo su famosa tocada de huevos en el palco ya sería constitutiva de delito muy grave. Con independencia de lo que suceda (el CSD ha anunciado que pedirá su suspensión como medida cautelar) el hecho de que 81 futbolistas se hayan negado a jugar en la Selección Femenina hasta que lo destituyan lo dice todo.

El caso Rubiales es símbolo de toda una revolución feminista que, a la vez, representa un avance en las esferas políticas, sociales y económicas contra estructuras podridas de dinero, sueldazos y clientelismo. Culpabilizar a la víctima con burdas mentiras retrató al sujeto en la cúspide. La vileza de algunos medios que han ido a saco contra Jenni llegando a insinuar que presumía de su “pico” en el autobús de vuelta, es decir, sembrar la duda sobre la actitud de la víctima, no nos suena raro. Quiero creer que este pensamiento retrógrado es minoritario, que más allá del “pico” en sí los hombres van entendiendo que no hay un falso feminismo, que la línea del respeto y de la igualdad es una. Que muchas mujeres que arriesgan mucho y que por su carrera profesional o por su familia no se atreven a denunciar aplauden a Jenni Hermoso que, desde el podio deportivo, ha abierto una nueva brecha con valentía reclamando “medidas ejemplares”. Sobre todo para las de su edad, las de treinta y tantos, con oportunidad de llegar lejos. Sin deber nada a nadie.