Con el morro pintao y el culo cagao”, como decían en tiempos. Lo siento por lo malsonante que resulta esta expresión, pero es lo primero que me ha venido a la mente al oír que el Ayuntamiento de Pamplona anunciaba que va a destinar a iluminación navideña un 51% más que el año pasado mientras sostenía que se negaba a poner aseos públicos en el Casco Viejo para las fiestas de San Fermín Txikito. Afortunadamente la alcaldesa ha vuelto a recular ante las críticas de la ciudadanía, como hizo con el parking de la Plaza de la Cruz, y ha dicho que sí, que pondrán aseos, aunque todavía no se sabe ni dónde ni cuántos.

Está claro que el Ayuntamiento quiere que este año Pamplona esté en la cumbre del glamur navideño y para ello pagará 324.885 euros a la misma empresa que pone las lucecitas de Madrid y Vigo. Parece que el equipo de la alcaldesa Ibarrola está convencido de que de esta manera darán respuesta a una de las más urgentes demandas de los vecinos. “Creo que la ciudadanía estaba esperando que este año mejoremos las luces de Navidad” decía claro y conciso el concejal Carlos Salvador en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno. Yo creo, sinceramente, que la ciudadanía está esperando muchas otras cosas más urgentes e importantes que las lucecitas.

No sé, pero me da la sensación de que la señora alcaldesa está más preocupada por dar una buena imagen de la ciudad de cara a fuera que por muchos de los problemas reales. Es como cuando dijo que las denuncias por agresiones sexuales en San Fermín dan una mala imagen de la fiesta o como cuando se apresuró a invitar a los Reyes de España por su cuenta nada más llegar al cargo.

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Fotos de la visita de los reyes Felipe y Letizia a Pamplona en el 600 aniversario del Privilegio de la Unión Iñaki Porto