Buenos días, malagueñas y malagueños, hoy vuelve a hacer un sol espléndido sobre nuestra capital, con temperaturas mínimas de 12 grados y máximas que rondarán la treintena, una situación atmosférica que se prolongará al menos hasta mediados de la semana que viene. Así que disfruten de la jornada. Tras la publicidad, les ofreceremos un detallado análisis del estado de nuestras playas, así como de la agenda para el fin de semana. Perfectamente podríamos estar en Málaga. De hecho, por temperaturas, llevamos en Málaga al menos desde finales de la semana pasada y, salvo unos días tontos de septiembre, estuvimos todo el mes con guarismos casi de puro verano. No sé, la verdad es que te debates entre lo fantástico que es levantarse con tanta luz y el chute de energía que eso aporta y luego esa sensación de sofoco a las 2 de la tarde o a las 5 que sabes que el sol pegándote en el cogote un 6 de octubre a 30 grados no es lo normal y que de hecho tu cuerpo –que es un cuerpo nacido en Mordor y que tiene el adn de Mordor desde generaciones y generaciones–, se queja y resopla y pide cinco grados menos. Negaré haber escrito esto, puesto que soy medio conocido por mi repulsa total hacia los días nublados, a 15 días seguidos de agua y a que el termómetro baje de 10 grados, pero es cierto que a estas alturas del calendario nos sobran cinco grados mínimo. Puestos a pedir, si se pudiera, sería lo mismo que ahora pero máximas de a lo sumo 24-25 y dos o tres días por semana de agua y todos contentos. Yo así puedo tirar todo el año, lo juro. Pero más calor ya no es necesario para nada, salvo para ir a la playa, claro, especialmente a las guipuzcoanas, que hay que devolverles a los hermanos las miles de visitas que nos habrán hecho para llevarse nuestros hongos. Habría que poner un contador de los que cruzan hacia aquí y los que vamos para allá. Este año para mí que iríamos ganando.