Si ya era difícil lograr una alcaldía en pequeños pueblos de Navarra -la comunidad con mayor número de municipios sin candidaturas en las elecciones de mayo- plataformas antisistema electoral como Escaños en Blanco lo complican todavía más si cabe al menos en esta segunda convocatoria del 26 de noviembre. El colectivo ha presentado listas en, al menos, doce localidades navarras con el objetivo de visibilizar a aquellas voces críticas con el actual sistema electoral en forma de escaños vacíos. Y lo hacen en municipios donde ha costado mucho ponerse de acuerdo para levantar una lista, principalmente por falta de compromiso entre los jóvenes.

Es el caso de Auritz/Burguete, donde “Escaños en blanco” ha introducido listas fantasmas de personas que viven en Burgos o en otras provincias junto a la que han consensuado los vecinos del pueblo y que encabeza Unai Irigaray, sobrino del actual regidor. Personas que, en caso remoto de salir elegidas, no tomarían posesión de sus cargos por lo que los asientos quedarían vacantes que es lo que persiguen. De locos, sí. Y lo hacen precisamente en aquellos pueblos de la montaña que pierden población. Alcaldes que, tal y como admite Joxepe Irigaray, deben conciliar entre dos partes enfrentadas, intentar que un entierro salga bien, saber de turismo, educación, sanidad, gestión de residuos, del sector primario o de la tercera edad, además de atender la limpieza de la nieve, gestionar espacios públicos como frontones o ir a Pamplona a pedir financiación para proyectos. Todo por 200 euros al mes para dietas. Héroes que ahora, curiosamente, compiten con fantasmas.