Exactamente 19.761,3 millones de euros. Estos son los milmillonarios beneficios que ha logrado la banca española (o mejor dicho, sus seis principales estandartes: Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) entre enero y febrero de este año, u 26% más que en el mismo periodo. Parece claro que no le va nada mal en un escenario de subidas de tipo de interés, beneficios récord por el alza supersónica de las hipotecas, y escasísima remuneración de los depósitos de los clientes.

En estas cifras estamos cuando se están revolviendo contra el impuesto temporal que grava sus beneficios extraordinarios, y los de las energéticas, y este año llegarán a un total conjunto de unos 3.000 millones. Cifra sustanciosa, pero calderilla con los más de 40.000 que ambos sectores prevén ganar este año. Se están forrando como nunca y se están haciendo los remolones a la hora de arrimar el hombro como siempre. Las teatreras pataletas que están protagonizando los primeros ejecutivos de la banca y las energéticas chocan con la realidad de unas ganancias estratosféricas que compensan con creces el impacto en sus balances de un impuesto más que justificado en estas circunstancias de tiempos difíciles para amplias capas de la ciudadanía. La solidaridad también debería ser un capítulo importante en sus balances.