La Policía Foral, la dirección de Tráfico del Gobierno vasco y el Ministerio del Interior han presentado esta última semana el balance de accidentes mortales de 2023, que arroja resultados dispares. Navarra registró el menor número de fallecidos de su historia (16); la CAV prácticamente calcó las cifras de 2022, con 45 muertes, una más que el año anterior; y en el Estado se contabilizaron 1.145 decesos, idéntico número que en el ejercicio precedente. Más allá de las frías estadísticas, la historia reciente habla de un progresivo descenso de la siniestralidad vial. Las medidas que desde hace años se han puesto en marcha para poner coto a los conductores que se ponen al volante tras consumir alcohol o estupefacientes, o a quienes infringen las normas de circulación y los límites de velocidad surten efecto año tras año, aunque aún queda mucho trabajo de concienciación por hacer. Hoy se producen más desplazamientos, pero el número de accidentes no ha aumentado en la misma medida. Sí se han incrementado, sin embargo, los siniestros provocados por conductas no tan nuevas y perniciosas como conducir mientras se consulta el teléfono móvil, se envía un mensaje o se habla sin el consabido manos libres. Las distracciones al volante se han convertido en una de las principales causas de los accidentes. También preocupa sobremanera a los responsables de Tráfico el notable incremento de siniestros mortales de motoristas. Llama la atención el caso de Gipuzkoa, que totalizó diez motoristas fallecidos en los últimos doce meses, o los 299 fallecidos en las carreteras españolas, un 19% más que en 2022. Para tratar de frenar esta tendencia, la Dirección General de Tráfico (DGT) obligará este año a los motociclistas a usar casco integral, guantes homologados cuando circulen por carretera y a realizar un curso a los conductores con permiso B de tres años de antigüedad que quieran conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos. Las medidas han sido bien acogidas por los motociclistas que, junto ciclistas y peatones, conforman el colectivo más vulnerable desde el punto de vista de la seguridad vial. Con todo, no hay que resignarse a rebajar aún más las cifras de siniestralidad y, sobre todo, a extremar las precauciones al ponerse al volante de un vehículo.