Septiembre de 2015. Rueda de prensa para anunciar la candidatura de EH Bildu a la presidencia de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP). La primera pregunta que me realizaron fue si se iba a implantar el puerta a puerta en la Mancomunidad. Buscando, quizás, el componente de conflicto social que la gestión de los residuos lleva acarreado. Años más tarde, estamos cerca de empezar a ver desarrollado el plan que trazamos entre todas las partes para solucionar la situación que nos encontramos en 2015. Un acuerdo entre diferentes que hay que celebrar, aunque no estemos acostumbradas.

En esa primera legislatura existía el riesgo y la oportunidad de partir de cero prácticamente. Unos meses antes se había tumbado definitivamente el PIGRIN que buscaba incinerar los residuos. Así que el escenario era de cero planes, cero proyectos y todo por arrancar. En una legislatura nos dotamos de las herramientas legales vía Parlamento y Gobierno de Navarra. Ley Foral de residuos y Plan de residuos de Navarra. Un plan integral en la Mancomunidad, que partió de un acuerdo de residuos trabajado con partidos político, agentes sociales, técnicos e institucionales para salir de la parálisis y que fue aprobado por todos los grupos de la Mancomunidad. Recalco, todos. Me encargué, entre otras personas, de trabajarlo, compartirlo, negociarlo y proponerlo para su aprobación. Y ahora, a la vista del resultado no puedo decir más que estoy muy orgulloso del trabajo realizado.

Nos tocó, y a mí como presidente, fijar la ubicación de la planta de residuos. Una infraestructura nada popular. Con mucho trabajo técnico, visita a experiencias, ver y valorar las distintas alternativas. Me expuse al contacto vecinal, tanto a nivel concejil como en plaza pública, con el objetivo de trazar puentes. Y parece que de todo aquello, algo quedó.

En 2019 tomamos la decisión de salvar el proyecto y supimos buscar los acuerdos para, con una nueva presidencia, abrir un tiempo de desarrollo del plan de la mano de los independientes, el Partido Socialista de Navarra y Geroa Bai. Para entonces lamentablemente la derecha ya estaba a lo suyo. Desde EH Bildu siempre tuvimos claro que asumimos la presidencia en 2015 para solucionar cosas, y a la vista del resultado, tengo claro que dejamos un futuro mejor a nuestras próximas generaciones. El diálogo y la búsqueda de acuerdo, incluso teniendo claro que iba a ser muy difícil llegar a acuerdos, sirvió para tejer unas complicidades políticas que han demostrado estar a la altura de lo que dejamos. No es cuestión menor que se cierre este acuerdo con el Ayuntamiento del Valle Elorz–Elortzibar. Se lo he agradecido a la presidencia a nivel público y privado. Demuestra que nuestra confianza en seguir el proyecto y consolidarlo en esta tercera legislatura ha merecido la pena.

Mención aparte merece la derecha navarra representada por UPN. Deseo que sea el momento en el que se coloquen de una vez mirando al futuro, con altura de miras, dejando de lado el cálculo político y la actitud populista, casi demagógica, que han destilado. La foto de Sebastián Marco firmando el convenio me alegra también en lo personal, puesto que un alcalde firmando este tipo de instalaciones no sucede todos los días. Le felicito por ello.

En definitiva, un éxito social y político que nos devuelve a la vanguardia de la gestión de residuos, como cuando se habla del reciclar es dar vida de los años 90. La firma del convenio que sella la consolidación de la planta de Imarcoain, es el paso previo a poder mostrar un antes y un después en la gestión de los residuos.