Mal vamos como sociedad si en una visita de estudiantes universitarios al Parlamento de Navarra dentro del convenio entre esta institución y la Universidad de Navarra, lo que se les ocurre a esos futuros abogados cuando tienen opción de escribir lo que piensan de la visita es insultar a la Presidenta del Gobierno y a la institución que en ese momento les acoge. Tanta falta de respeto, tanta cobardía para escribir anónimos (no firman esos insultos) no creo que tenga ninguna buena salida. Da pena.

Educar bien es una tarea difícil, lo estamos viendo a diario, que desde luego no termina cuando se sale del aula, porque la mala educación y la falta de empatía se imponen en demasiados espacios cotidianos y cada vez más en el ámbito de la política. Estos estudiantes, que serán una minoría, pero que han conseguido manchar a muchos más, no han dudado en descalificar a la presidenta de su comunidad.

Pero ¿qué vamos a esperar si otra presidenta de otra comunidad, Isabel Ayuso, insultó al presidente del Gobierno y todo acabó en chiste en la filas del PP, con aquel ya famoso “me gusta la fruta”?. Esta vez han ido directamente al insulto fácil para atacar a quien no piensa como ellos.

Así es como se va sembrando el odio hacia lo diferente que tanto daño hace en la convivencia. La Universidad de Navarra ha pedido disculpas en nombre de la institución, así como las imágenes de las cámaras para identificar a los alumnos (algunos lo han reconocido) y tomar medidas. Me temo que cumplirán la sanción y seguirán su carrera como si nada, apuntando, posiblemente, hacia algún puesto de responsabilidad. A ver si al menos aprenden esta lección tan básica para la universidad de la vida como es el respeto a los demás.