Dicen que ha sido un resultado polémico, pero ahí no hay polémica que valga: un partido de baloncesto de la Segunda Cadete Gallega femenina (es decir, chicas de 14 y 15 años) no debe acabar 188-0. Porque es intolerable. Y aún menos si el equipo ganador se llama Fundación Educación e Deporte de Santiago (Fedesa). Menuda educación. Menuda deportividad. Y no debe acabar con ese resultado porque el entrenador, o la entrenadora, del Fedesa tiene que hacer lo posible y lo imposible por no humillar a su rival, el Galogrin Naranja.
Bajando el ritmo, sacando a las suplentes, pidiendo benevolencia de su defensa, jugando con una menos. Lo que sea. Pero fue justo al revés, porque ese marcador, logrado con solo dos triples, solo se explica con una presión furibunda a las adversarias y una velocidad al máximo en cada ataque. Pura saña. Ya está tardando alguien del Fedesa en pedir disculpas.