Una de las virtudes del nuevo presupuesto para 2025 (anteproyecto de 6.000 millones) es seguramente su esfuerzo por mejorar en algún punto el bienestar de todo el territorio, en sus diferentes comarcas, de norte a sur y de este a oeste. Y todo ello pese a que todavía queda mucho camino por recorrer para luchar contra la despoblación, principalmente en núcleos pequeños. En materia de salud, por poner algún ejemplo, destacan los nuevos centros de salud en Villava y Gayarre (Tudela Oeste ) o las mejoras en los hospitales de Estella y Tudela. En Educación, la gratuidad en el ciclo 0-3 años a través de convenios con los ayuntamientos (30 millones), la escuela infantil de Erripagaña, la expansión del campus de la UPNA en Tudela o mejoras en el centro de FP de Oronoz. El esfuerzo en cohesión territorial, con departamento propio, se traduce en una mejora en el dinero que reciben ayuntamientos y concejos para los servicios que prestan o en ayudas directas para núcleos que languidecen como Villanueva de Yerri, Irurre, Ugar, Muez o Arce. Aparecen también las variantes de Bera en obras públicas, además de la segunda fase del Canal. O los 28 millones para el fomento de explotaciones agrarias y relevo generacional en Desarrollo Rural. Se traduce, vivienda, en mejorar la partida para la compra de vivienda protegida que sale al mercado, en los planes para delimitar zonas de mercado tensionado en alquiler, en ayudas a la rehabilitación o en los convenios con Arakil y Goizueta para promover vivienda. Porque los pueblos siguen necesitados del apoyo del Gobierno especialmente en materia habitacional.
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