El que dijo: Polvo eres y en polvo te convertirás, era un sabio y tenía toda la razón, Lutxo, le digo a Lucho en la terraza del Torino, el lunes pasado, con buen tiempo. Y me dice: Era Dios. Y le digo: ¿Era Dios? Y me dice: Sí, lo dijo en el Génesis. Nunca deja de asombrarme. No obstante, el 99% de las especies animales y vegetales que han existido en la Tierra están extinguidas. Con los dinosaurios compartimos más del sesenta por ciento de nuestros genes. Solo de dinosaurios, dice la voz, hubo más de mil especies que habitaron el planeta durante cien millones de años. Nosotros venimos de ese polvo machacado y reutilizado una y mil veces en el barro de la historia de la tierra. Prácticamente, acabamos de llegar. Y vamos cargados con toda esa tralla de miles de milenios de impaciencia e insaciabilidad que furiosamente nos arrea y nos lleva ya, un poco, con la lengua fuera, creo yo. Lo único que digo es que habría que empezar a pensar que, a lo mejor, no estaría mal intentar calmarse un poco. Bajar el ritmo de la ambición, restarle intensidad a la violencia, si fuera posible. Si no fuera mucho pedir. Que el hipercapitalismo triunfante tenga que funcionar forzosamente así es una noticia terrible porque acelera la velocidad hacia la muerte y nuestra conciencia de ello. Es curioso cómo se mueve la Historia. Una cosa te lleva a la otra, te dicen. Y ahora nadie puede a ir a detener a Netanyahu. Todos mirando desde la ventana con cara de preocupación. Preguntándonos: ¿Qué hacemos? ¿Le dejamos que siga? Crucemos los dedos, como tantas otras veces. Lo que puede iniciar Netanyahu no lo sabe nadie. Ni se puede prever. No hay quien se atreva a decirlo. Pero podría ser grave, claro. Solo hay dos casillas Lutxo: Grave o Muy grave. Cada cual puede poner la cruz en la casilla que quiera, le digo. Y me contesta: Te olvidas de la tercera casilla: la casilla del NS/NC. Eso me contesta.