Domingo de octubre, buen tiempo y hoy toca Nafarroa Oinez. Se celebra en Sangüesa-Zangoza una de las grandes fiestas que cada año recorren Navarra por el euskera, este año organizada por Zangozako Ikastola –es la cuarta edición responsabilidad de este centro en las 46 ediciones del Oinez–, bajo el lema Piztu!, un verbo de uso cotidiano que tiene gran fuerza y varios significados como enciende, fomenta, reanima o genera. Se trata de eso, cualquiera de esos verbos sirven para la realidad del euskera hoy en Navarra. La lengua sigue en marcha y está viva. Una jornada de exaltación del euskera como patrimonio cultural de la comunidad que formamos todos las navarras y navarros, de su historia, de su identidad, también de su presente y, sobre todo, de su futuro. Decenas de miles de personas se congregarán hoy en Sangüesa-Zangoza en una jornada que será, como siempre, excepcional para Navarra. Hoy, la calidad de la enseñanza en euskera no solo está evaluada y contrastada, sino que es una opción elegida por miles de familias y suma ya más de un tercio de los jóvenes menores de 30 años. En conjunto, decenas de miles de navarras y navarros. Una buena parte del censo foral. Las trabas, sin embargo, continúan por parte de quienes promueven un conflicto identitario y la confrontación de lenguas, sectores interesados en la división permanente de los navarros y navarras y en la explotación partidista de falsos conflictos entre territorios y zonas invocando una falsa imposición lingüística. Pero la botella está mucho más que medio llena. Actos como el Nafarroa Oinez, ponen en valor la fuerza del euskera y el papel de las ikastolas. Porque nada de todo ello, falsedades y manipulaciones, ataques y persecuciones, arredra a quienes aman, trabajan y sienten el euskera. A mi edad ya, creo que uno de los mayores errores de esta tierra y de su política ha sido no haber llegado a entender esta lengua como un espacio común y colectivo. Seguramente, eso nos hubiera hecho más fuertes y solidarios a la hora de entender nuestro pequeño espacio de convivencia y bienestar al margen de nuestras diferencias políticas. Las diferencias seguirían porque son parte de nuestra realidad sociológica e ideológica, pero el camino para buscar soluciones a los problemas que están, a los que se están acercando y a los que puedan venir sería quizá más fácil de recorrer. El euskera es un bien lingüístico y cultural común, haber hecho con eso política partidista de división ha sido y es un error conjunto. Llega hoy el Nafarroa Oinez, llegará la fiesta de Sortzen que organizan los centros escolares del Modelo D y ya se han puesto en marcha las Herri Batzordeak para organizar la nueva edición de Euskaraldia que tendrá lugar en toda Euskal Herria el año que viene. También hay que reflexionar, repensar, avanzar, buscar nuevos caminos, nuevas alianzas, nuevos discursos y nuevas visiones de la sociedad de hoy para que el euskera muestre la realidad de su presencia también en el día a día, para que los bloqueos, vetos y ataques interesados sean menos y para que los navarros, no euskaldunes y euskaldunes, sientan esta lengua también como los que ha sido durante siglos y es hoy, propia y común de Navarra. Lan ta lan, trabajo y trabajo. Siguen siendo tiempos de acudir. Un día de fiesta, cultura, historia, lengua, solidaridad, reivindicación, pasado, presente y futuro. Ongi pasa!.
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