Acabamos de celebrar el Día del Euskera y el Día de Navarra, que para muchos viene a ser lo mismo por eso que decía aquella canción del Nafarroa Oinez del 92, con letra de Bernardo Atxaga: “Ze arraroa, euskararik gabe Nafarroa” (Qué rara una Navarra sin euskera).
Aparte de las celebraciones y declaraciones oficiales estos últimos días hemos tenido también otros guiños interesantes a esta lengua, como el “Zorionak guztioi!” de Pedro Sánchez, en su mensaje de felicitación a los navarros y navarras en el Día de la Comunidad Foral, que tan mal ha sentado a los alérgicos al euskera.
Y también me parece interesante que una de las figuras más relevantes en este momento de la televisión española como es David Broncano hable del euskera con tanto tacto e incluso cariño. Hace unos días Anne Igartiburu estuvo en La Revuelta y dirigió unas palabras de felicitación en euskera a dos espectadoras del plató a petición de Broncano, que después de escucharlas dijo que “suena bien bonito” y que “da envidia que sepáis eso”. Poco después estuvo un chico que estudió en la UPV y que ahora vivía en la localidad Villarcayo de Merindad de Castilla la Vieja, donde “tenemos más letras que habitantes” bromeó. A raíz de esto Broncano preguntó cuál era el pueblo con el nombre más largo y alguien le envió una respuesta, aunque no correcta: Azpilikuetagaraikosaroiarenberekolarrea, un topónimo navarro de 39 letras que en realidad no es el nombre de un pueblo sino de un término, al parecer. En cualquier caso Broncano lo leyó con facilidad y lo pronunció correctamente diciendo en broma que “El euskera es mi cuarto idioma: español, jienense, euskera e italiano”.
La verdad es que ante tanto insulto y tanto desprecio sin fundamento se agradecen palabras como estas.