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Alicia Ezker

Que no resucite

Que no resuciteBorja Puig de la Bellacasa

Cuesta hablar de celebración, cuando no hay casi nada que celebrar. Recordar es una cosa, conmemorar otra, pero celebrar va más allá. Por eso es importante utilizar bien las palabras. Y a veces se mezclan y confunden. La verdad es que las efemérides lo aguantan todo. Los “días de” y los aniversarios están a la orden del día de cualquier planificación. La comunicación política es muy dada a esto. Y 50 años desde luego que es una fecha redonda.

Pero el acontecimiento en cuestión, que se cumpla medio siglo desde que murió el dictador Francisco Franco(cuesta hasta escribirlo), no sé si es para tanto, o al menos no se si es para iniciar el año ya con un programa de actos marcados para los próximos meses. Da vértigo pensar en que su figura, aunque sea desde la crítica, nos invada de nuevo. Me acuerdo ahora de la obra del artista Eugenio Merino Always Franco expuesta en la feria de ARCO en 2012. Era una imagen del Caudillo introducido en una máquina de refrescos . Le costó una demanda; por suerte fue rechazada y se impuso la libertad de expresión. Pero ya entonces quedaba claro que con el tema, pocas bromas. Evidentemente, que desaparezca un dictador es siempre una buena noticia que marca un antes y un después en cualquier sociedad. Otra cosa es que a diferencia de otros dictadores, Franco no fue derrocado. Falleció en la cama y es más, hubo todavía franquismo después de Franco.

Por tanto solo fue el principio del fin, porque la democracia aún tardó bastante en abrirse paso. Formal y realmente. Imperfecta, pero al menos democracia, eso es verdad. Como también era democracia aquel régimen republicano de los años treinta arrasado por el golpe de estado, la posterior guerra civil y muchos, demasiados, años de dictadura. Una dictadura contra la que muchos y muchas se implicaron en una sufrida resistencia y a los que creo que debemos realmente el presente de libertad en el que vivimos. Un presente que, como ya lo venimos diciendo ciudadanas y ciudadanos, sí estuvo acertado Sánchez al recordar que lo que tenemos no está asegurado ni garantizado. Pero creo que en lo que no ha estado tan entonado es en la forma y el momento elegido para lanzar esta campaña en torno a un año de eventos.

En primer lugar, porque Franco murió un 20 de noviembre y aún queda mucho para esa fecha en este 2025 recién iniciado. Al mismo tiempo, porque tal y como ya le han reprochado asociaciones memorialistas y otros partidos politicos que sustentan el Gobierno, hubiera sido deseable trabajar mucho más en común con la sociedad sobre qué hacer con este hito histórico. Sobre todo para que sonara menos a oportunismo o tacticismo político y más a unir fuerzas en torno a los valores democráticos en tiempos muy revueltos.