Al ponerme a escribir estas líneas se me atropellan en el teclado sucesos actuales con antiguos recuerdos que no resultan fáciles de ordenar, intentaré ponerlos en fila con alguna coherencia:
Deslumbra en primer plano el sorprendente lanzamiento de penal en el último de los “partidos del siglo”, opiniones para todos los gustos, ex árbitros-sabios- dicharacheros de esos que pontifican y pretenden acertar ahora bien sentaditos cuando con el pantalón corto fallaron como todo hijo de vecino. Uno de ellos defiende un chip en el balón, que detecta el segundo toque, otro pretende que el árbitro debería haber ido a la dichosa pantallita para decidir algo que debe ser objetivo o no ser. Por fin UEFA publica una imagen clarificadora y ahora el barullo se orienta a cambiar la norma para diferenciar entre puesta en juego y toque de balón. ¿Conseguiremos matar el fútbol con tanta ocurrencia? Supongo que no podremos pero intentarlo, vaya si lo intentamos.
Se suspende el Barcelona-Osasuna por el lamentable fallecimiento repentino de un médico del club local, decisión razonable desde cualquier punto de vista. La memoria trae del pasado situaciones en las que no se tomaron esas medidas, eran otros tiempos. En el año 1981 se secuestra al goleador del F.C. Barcelona Enrique Castro “Quini”, ese fin de semana su equipo disputa el Atlético de Madrid-Barcelona y continúa cumpliendo el calendario, el secuestro dura veinticinco días y sus compañeros obtienen unos pésimos resultados, pasan de ser líderes a perder una liga que gana la Real Sociedad. Bernd Schuster amagó con no jugar, “además de piernas tengo corazón”, pero jugaron.
Seis años después, en 1987, Emilio Guruceta y su linier Eduardo Vidal mueren en la autopista a la altura de Fraga cuando venían a dirigir un Osasuna-Real Madrid de Copa, el partido se celebra con sus cuerpos aún calientes. ¿El espectáculo debe continuar?
Otro caso, éste de menos focos, el Comité de Competición de la Federación de Castilla León de Burgos toma acuerdos sobre un modesto partido de cadetes en ausencia del acta arbitral, no puede ser de otro modo, el árbitro se encuentra en la UCI del Hospital Universitario de Burgos con fractura de huesos del cráneo (esfenoides y occipital), mandíbula y hombro, víctima de la agresión del padre de un jugador.
El citado Comité acuerda, aparte de la sanción económica, descender de categoría al club en el que milita el vástago del jumento en cuestión. Es de suponer que las decisiones judiciales que recaigan sobre él estén también acordes con su desatino. La novedad de la decisión estriba en responsabilizar al club de los actos que realicen sus seguidores, creo que en ese camino hay mucho que avanzar en contra de tanta impunidad.
*Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol