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Mesa de Redacción

Alicia Ezker

La luz de la felicidad

La luz de la felicidad

El día de la felicidad ha pasado. Y no tengo la sensación de que hayamos sido especialmente felices por ello. En una encuesta callejera de EITB preguntaban este pasado 20 de marzo a la gente que pasaba por allí si eran felices, y la verdad es que todos y todas decían serlo. Y lo eran por las pequeñas cosas, por lo cotidiano, por estar bien, porque su familia también lo esté, por sus amigos, por algún sueño cumplido... dejando claro que ser feliz es posible, mucho mas de lo que a veces nos quieren hacer creer, como si la felicidad solo se midiera a lo grande, por el tener y no por el ser. Creo que es cuestión de que cada uno o una se mire en el aquí y el ahora y piense con sinceridad qué le pide a la vida para sentirse feliz.

Y seguramente lo estaremos más de lo que creemos. Pero no basta con la nuestra, con esa felicidad individual. El reto está en esa sensación de bienestar colectivo del que cada vez parece estamos más lejos. Se puede ser feliz en la tristeza, pero nunca se es feliz en medio de la guerra, en medio del dolor y la destrucción. Vivimos tiempos oscuros, donde la luz de la paz se apaga demasiados días.

Donde suenan de nuevo los lenguajes de guerra y armamento que copan la primera línea política. ¿Armarse para qué?, sino es para seguir haciendo la guerra y qué es la guerra sino el fin de la esperanza, hacer saltar por los aires la vida con todo lo que conlleva. No hay armas para hablar de paz, ni disparos que la construyan, por eso en medio de esta tristeza colectiva es complicado hablar de felicidad en cuanto salimos de nosotras mismas.