La Federación Española de Fútbol, siempre tan quejosa del ruido que rodea a los árbitros en la Liga, tiene esta semana una gran ocasión para demostrar, con su Comité de Competición, que imparte bien justicia. Porque con toda la calma del mundo puede ver una y otra vez el plantillazo que Mbappé le endiña a Antonio Blanco; puede rectificar el acta del colegiado Soto Grado, que se acongojó un poco y puso que el francés disputaba el balón; y puede meterle un castigo al agresor de media docena de partidos. Para hacer justicia y para aviso a esos navegantes que puedan creer que a veces sale barato meter semejantes coces. Y sin que pese en la decisión que Mbappé se perdería la final de la Copa ante el Barça. No nos cabe duda de que la RFEF así lo hará, porque nunca mira a quién perjudica con sus decisiones correctas y ajustadas a derecho deportivo. Ni la más mínima duda.