Hubo tantas pancartas como reivindicaciones y frentes abiertos existen en el ámbito laboral y que no son pocas, tanto en el empleo privado como público. Trabajadores de Sunsundegui, BSH, Siemens Gamesa y Nano, entre otros, salieron a la calle en defensa del futuro de la industria navarra. Empleados de la Administración que pelean por una carrera profesional, las residencias públicas por un convenio digno.... Los pensionistas por unas pensiones mínimas propias. UGT y CCOO reivindican las conquistas sociales logradas ante la ola reaccionaria, subir salarios y la reducción de la jornada laboral.
ELA exige una reforma fiscal de calado para el reparto de la riqueza, acabar con los Caídos y con la deriva militarista.
Coincide además con LAB en la demanda de un salario mínimo propio (1.500 euros mensuales en 14 pagas) desde el autogobierno, desarrollar los servicios públicos y una nueva política industrial.
El resto, como CGT, CNT, Solidari, ESK y Steilas rechazaron el cierre de empresas motivadas por la deslocalización, entre otras demandas. Los sindicatos mueven lo que mueven (se calcula entre 3.000 y 4.000 personas).
Vamos que con lo que está cayendo no podemos hablar de movilización masiva. No todo el mundo que curra está afiliado. Se ven más rostros mayores que jóvenes detrás de las pancartas. Hay sectores que no están tan protegidos como las empleadas del hogar, etc. Y seguramente uno de los temores que tiene mucha gente, en este momento de incertidumbre, que es a perder el empleo, o que sufren empleos precarios, no se moviliza.