Desde luego, no se puede discutir que Raúl Vital está apostando fuerte por su segundo disco. No le faltan argumentos: tiene una banda de lujo, buenas canciones y ganas de enseñarlas por una extensa gira nacional que el viernes pasó por Pamplona. En principio iban a tocar en la sala pequeña de Zentral, pero las entradas volaron y finalmente actuaron en la grande, con buena asistencia de público.
Comenzaron fuerte, con un latigazo de tres canciones: Noche febril, Nudos en la garganta y Voltereta y lamento. En ellas ya mostraron algunas de las bases sobre las que se cimentaría el éxito de la actuación: sonido poderoso, con bajo y batería marcando el compás, mucha presencia de guitarras y los teclados llenando huecos y dibujando melodías. Algo más tranquila, aunque sin perder pegada, sonó Ralentí, cuyo texto hace referencia al ritmo que seguían las relaciones de hace unos años, cuando no había tantas pantallas, las conversaciones se mantenían cara a cara y las amistades se cocinaban a fuego lento.
CONCIERTO DE RAÚL VITAL
Intérpretes: Raúl Vital (guitarra y voz), Javi Car (teclados), Misael Narros (guitarras), Lucas Aguadero (bajo), Misaeltxo (batería), Nuria Echarri (coros y voz).
Fecha: 23/05/2025.
Lugar: Zentral.
Incidencias: Presentación en directo de Retales, segundo disco del navarro Raúl Vital.
Buena entrada.
En esta canción se hicieron más presentes los teclados, que han ganado protagonismo en el último álbum de Raúl, abriendo sus composiciones a nuevos horizontes sonoros y estilísticos. Estas exploraciones las hacen sin renunciar a su raíz de rock urbano, tal y como quedó patente en su electrizante interpretación de Carnaval, de su anterior trabajo. Durante toda la actuación, la hermosa voz de Nuria Echarri aportó un suave barniz de dulzura al metal oxidado que facturaba el quinteto, escoltando a Raúl en los coros y cantando a dúo con él en un par de cortes (Días de duelo y Animales de revista).
El momento más emocionante de la noche se vivió con la emotiva Colgando los pies, interpretada a piano y voz y dedicada a las hijas del artista. Le siguió Asomado al precipicio, a dúo con Alejo. Tras ese breve espejismo de calma, la banda volvió a pisar el acelerador con las contundentes Como las ratas y Nadie, que pusieron el colofón a la primera parte del concierto. Al empezar los bises, Raúl apareció cantando en el fondo de la sala y tuvo que atravesarla, caminando entre el público, hasta llegar al escenario.
Estaban interpretando Las mismas cartas, un rock’n’roll de corte clásico que muchos cantaron y algunas parejas se animaron a bailar. En esta canción contaron con la siempre magistral guitarra de Iñigo Álvarez, que se quedó en la siguiente, Baile de ilusiones, de Ariel Rot. No fue la única versión ni el único invitado, pues también tocaron Todos mirando, de Barricada, junto a Mikel Miner, de Faneka Brava.
Antes habían hecho su aparición Aarón Romero (de Linaje, en Loca lucidez), y Javi Cordobés (de Cobardes, en Nadie), y todos los invitados se unieron a la banda en la ya mencionada Todos mirando. El final definitivo llegó con la generacional Chándal de tactel. El público respondió con una larga ovación, pero no había tiempo para más y los músicos se despidieron, con la satisfacción dibujada en sus rostros. Habían hecho un gran trabajo.