Con el lema Nuestros barrios no son un circuito, se ha creado en Madrid una plataforma vecinal contra el proyecto de llevar la Fórmula 1 a los alrededores de Ifema. Nos tememos que va a tener el mismo (poco) éxito de quienes se opusieron a la visita que el Gran Circo hizo a Valencia, pero por intentarlo que no quede. Y es que la propuesta deportiva tiene una lista así de larga de inconvenientes para los madrileños que viven en esa zona –una década con un mes y medio anual de montaje y desmontaje, ruidos, contaminación, cortes de calles al tráfico...–, por no hablar de la broma habitual en estos casos de que los gastos los pagan entre todos –eso de que no va a costar ni un euro a los madrileños ya no cuela ni como chiste– mientras que los beneficios son para unas pocas empresas. Y eso si no hay corrupción política, que hay por allí manos muy largas y comisionistas, muchos avispados comisionistas.