Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

Titulitis y política

Titulitis y políticaARCHIVO / AGENCIAS

Los partidos piden a sus cargos públicos “revisar” y “actualizar” sus currículums después de las dimisiones de la popular Noelia Núñez, el socialista José María Ángel y el consejero extremeño Ignacio Higuero por falsear la información oficial sobre su cualificación. A buenas horas. Igual no se salva ninguno. Lo curioso es que haya gente joven que pese a estar mucho más formada que otras generaciones, con tal de medrar en política, se adornan. Distinciones académicas no capacidades de verdad. Títulos, no valía. Y así nos va.

Dicen que es una práctica común en este país y que los responsables de recursos humanos de las empresas pierden demasiado tiempo en desterrar currículos inflados que nada aportan y que además hay que demostrar después.

Habrá políticos con más o menos carreras, doctorados y estudios en el extranjero, uno o varios idiomas, que se vendan mejor o peor en redes sociales o que tengan mejores o peores asesores, pero lo que no puede ser es que tomen por idiotas a la gente, que mientan de forma descarada desde el primer día.

Queremos cargos públicos honestos y trabajadores que digan la verdad. Y que no se aprovechen de su cargo para hacer negocios con los que ganar dinero rápido o colocar a su gente. Mi padre, que era pastor, desconfiaba de cualquier político que no hubieran dado un palo al agua en su vida. Mal ejemplo, decía.