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Mesa de Redacción

Ana Ibarra Lazkoz

‘Sirat’ y la III Guerra Mundial

‘Sirat’ y la III Guerra Mundial

Estamos tan acostumbrados a ver películas y series que nos entretengan que otro tipo de cine más reflexivo y metafórico, axfisiante de dolor o que nos abre otros horizontes, nos desconcierta. Estoy hablando de Sirat (sendero en árabe), demasiado dura quizás para un espectador que se define muchas veces progre pero en realidad no quiere salir de su burbuja de confort, al que no le gusta ver gente que sufre o muere delante de su butaca (niños muriendo en Gaza sí) o no empatiza con personajes deconstruidos con un pasado que se intuye despiadado, sin egos ni familia, que bailan como diablos poseídos y drogados.

Oliver Laxe retrata muy bien ese lado oscuro y alternativo de las rave, y el poder de ese sonido electrónico ensordecedor, hipnótico y aislante que nos embrutece. En la peli la III Guerra Mundial parece haber estallado y aunque a los protagonistas les pilla en pleno desierto de Marruecos la situación les estalla en la cara. Entre tanta crisis humanitaria y conflicto bélico, es difícil tratar de huir o escapar de un mundo que se va derrumbando parece querer decir. Por mucha coraza antisistema, por mucho que quieras elegir una comunidad diferente que se respeta y no se juzga, por mucho que busque las paz y la coherencia de vida, o simplemente por pura indiferencia a lo que ocurre a tu alrededor, es imposible escapar de lo que ocurre en Gaza, en Sudan o en Siria... Hay un tren en el que todos viajamos, destinos que no controlamos. Todos nos movemos hacia una misma dirección aunque no queramos tocarnos. Y aunque no fuera pretendido es imposible no asociar la primera escena con la matanza de Hamas en la frontera entre Israel y Gaza en un festival donde por cierto muchos de los participantes eran pacifistas.