La valoración del euskera, limitada. La del inglés, francés y alemán, ilimitada. Manda huevos, pero esa doctrina formaba parte del Decreto Foral que regula los méritos para ingresar en la Administración Pública de Navarra en este gobierno nuestro de progreso. Ahora los jueces dicen que, joder, que se corten un poco. Collejita, pues, al Gobierno foral del Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Tratándose de un órgano con proverbial falta de sensibilidad hacia los derechos de los euskaldunes navarros –¡cuántas cosas nos aclararía un estudio sociolingüístico de la judicatura foral!– resulta revelador, además de casi milagroso.
El fallo, verdad es, deja fuera de sanción a otros aspectos tan lesivos o más para el euskera, pero ya quizás era mucho pedir. Por cierto, el logro viene de mano de los sindicatos ELA y Steilas, que son los que pusieron el recurso. Otros decían que no había nada que hacer. Donde también sería conveniente que hubiese algo que hacer es en la Policía Foral. Que a fecha de hoy, octubre de 2025, con una Ley del Euskera que va a cumplir ya 40 años, cualquier órgano del Gobierno de Navarra se niegue a responder a nadie que se le dirija en lengua vasca, y que lo haga además con el menosprecio y la forma tan insultante como lo ha hecho con Behatokia, debería ser motivo de sonrojo para el propio Gobierno y para las fuerzas que lo componen o apoyan.
Y el problema no creo que sea sólo del chistosillo sujeto que atiende el correo de los forales, desconocedor o ignorante además de la existencia de la IA y de la del Servicio de Traducción del propio Gobierno de Navarra. Mucho me temo que es un problema profundamente instalado en este cuerpo policial tan nuestro, tan navarro y con dos comisarías en zona vascófona. Lo de servir al ciudadano, y no al revés, se olvida deliberadamente en esta Administración foral que padecemos.