El escritor británico John Fowles destacaría en el panorama narrativo de la segunda mitad del siglo pasado gracias a novelas como El coleccionista (1958), El mago (1966) y La mujer del teniente francés (1969) pero es igualmente considerado como uno de los escritores europeos más relevantes de ese período tras la publicación del libro de cuentos de 1974 La torre de marfil.
Fowles, cuya narrativa sorprendió por ironizar algunos aspectos de literaturas como la victoriana, falleció el 5 de noviembre de 2005, hace 20 años, y el 25 de noviembre de 1985, quien fallece es la escritora italiana Elsa Morante, quien se daría a conocer en las décadas de los años 30 y 40 del siglo XX como cronista de diferentes revistas.
La soledad es una de las características de los personajes de novelas suyas tan populares como Mentira y sortilegio (1948) o La isla de Arturo (1957), si bien todavía llegaría a conocer el éxito gracias a La historia (1974) y Araceli (1982). Por su parte, el 30 de noviembre de 1935, nos abandona definitivamente el poeta y narrador portugués Fernando Pessoa. Álvaro de Campos, Alberto Caeiro y Ricardo Reis son sus heterónimos y Obras completas (1943-78) o Libro del desasosiego (1982), algunos de sus principales libros.
En la introducción del Libro del desasosiego de Bernardo Soares publicado por Booket en 1997, Ángel Crespo nos hace saber que las “dificultades que Pessoa encontró para convertir en heterónimo al autor del Libro proceden, sin duda, y sobre todo, de la calidad de intermitente diario íntimo que tiene la casi totalidad de sus fragmentos”.
Crespo, responsable de la traducción del portugués, de la organización de los textos y de las notas de la obra, añade: “La prosa del Libro del desasosiego es en ocasiones difícil, no sólo de traducir, sino también de entender, debido tanto a su calidad innovadora como a la provisionalidad –ya irremediable– de gran parte de ella, que sólo ha sido abocetada”.
Libro del desasosiego: autorretrato irrepetible.