Escribo sobre la campaña para alejar a la juventud de las drogas. Seguro que muchos han observado a estos chavales metidos en unos vasos gigantes de plástico. La metáfora es muy adecuada para estos tiempos, pero no en lo relacionado a las drogas, sino más bien ante aislamiento europeo frente al sufrimiento humano y no sólo aplicable a los jóvenes sino a toda la sociedad. Cuando parecía que ya teníamos superado el viejo eslogan de Di no a las drogas y parecía que las políticas se adecuaban más a una realidad de convivencia con las sustancias, nos sirven este eslogan renovado Aléjate de las drogas. Este eslogan es aún peor. En el viejo eras tú el que lo afirmaba, mientras que con el nuevo es una actitud más cobarde. Deberíamos preguntarnos cómo se pueden tomar la campaña los destinatarios. ¿Debo alejarme de las drogas y de los que las consumen? (...).
Mientras sigamos con discursos desproporcionados y poco realistas, seguiremos generando consumos abusivos y dañinos. ¿Por qué no se habla de la moderación? Las soluciones que se dan son más de evasión que de afrontamiento. Debemos asumir que las drogas han sido, son y seguirán siendo consumidas. La forma en que se haga está en nuestras manos. Basta de evasivas y afrontemos el tema (...). El consumo responsable es posible.