La clínica Ubarmin va a instalar un nuevo sistema de climatización de origen geotérmico. Este sistema permitirá el calentamiento del agua, suministro a los radiadores, etcétera. Hay que aplaudir la iniciativa, como hay que hacerlo igualmente con todas las que contribuyen no sólo al ahorro, sino también a la protección del medio ambiente.
Con qué lentitud se van incorporando los nuevos sistemas, no sólo de climatización sino otros, a ésta nuestra sociedad. Y es que la misma se mueve, y lo ha hecho siempre al son de intereses de todo tipo: económicos, políticos, religiosos, etcétera. Por supuesto que la geotermia es aplicable. Y también lo es la energía ¡gratuita! de las olas del mar, y los vientos, y el sol? Cuando uno echa la vista atrás, no puede evitar cierta sonrisa al recordar cómo hace ya casi cuarenta años, los que a través de los llamados análisis de sistemas intentábamos animar a la implantación de todos estos sistemas energéticos, teníamos que soportar no sólo la incomprensión, sino también las ironías hirientes, los rechazos y hasta los improperios.
Y ya ven: ahora todo pretenden ser ayudas para la energía solar, eólica, recomendaciones para la compra de coches eléctricos? pero, como diría nuestro buen amigo recientemente fallecido Miguel Delibes, todo esto llega demasiado tarde a este mundo que agoniza.
En fin; veremos qué frutos dan estas tardías y tímidas iniciativas. No podemos dejar de recordar a un amigo inventor, independiente, que hace unos años fue invitado por un importante fabricante de automóviles a acudir a sus instalaciones, ya que él había diseñado y construido un motor alternativo de bajo consumo y casi nula contaminación. Tras una seria y ácida reunión con aquellos directivos, y ante la sorpresa de nuestro amigo, éstos vinieron a decirle "¿Por qué no se está usted quietecito?". Bueno, repitiendo una frase muy común hoy en día, eso es lo que hay.