Luis Sabalza ya perfila su candidatura para las elecciones de después del verano. El actual presidente de Osasuna presentará una lista en las próximas semanas con cambios y en la que, ahora mismo, se busca que haya alguna mujer dentro de la lista.
Se acerca el proceso electoral en Osasuna. Luis Sabalza perfila estos días la lista que presentará a los próximos comicios que se realizarán en septiembre u octubre. En las próximas semanas la dará a conocer de manera pública, pero vendrá con cambios. Si no cambia nada, Manuel Piquer abandonará la Junta por motivos laborales. El abogado tiene una agenda muy apretada que le impide desarrollar sus funciones. Por eso Sabalza y su Junta están buscando una persona que le sustituya. Hay una corriente dentro de la candidatura a la que le gustaría la entrada de una o varias mujeres a la lista. Se valora, por ejemplo, que alguna de las actuales directivas de la Fundación Osasuna Femenino vaya con ellos en la candidatura. Ahí se encuentran Natividad Díaz, Eva Gloria Gracia, María Isabel Pérez.
Cambios en las funciones
Tampoco se descarta que dentro de la propia candidatura haya cambios de funciones. Por ejemplo, no está descartado que a César Muniáin se le otorguen nuevas funciones, por lo que tendría que dejar la presidencia del equipo femenino, que sería asumido por otra persona.
Sabalza ha manifestado su voluntad de continuar al frente del proyecto rojillo con el objetivo de consolidar la estabilidad deportiva e institucional alcanzada en los últimos años. Aunque la directiva baraja adelantar las elecciones a septiembre para hacerlas coincidir con un partido en El Sadar y facilitar la participación, todo apunta a que los comicios volverán a convertirse en un mero trámite si no surge una candidatura alternativa en los próximos días.
Entre sus principales objetivos para el próximo ciclo, Sabalza plantea la construcción de una nueva ciudad deportiva, que permita modernizar y centralizar el trabajo de cantera y primer equipo. Este proyecto, que ya ha sido debatido dentro del club, se presenta como uno de los grandes retos estructurales que Osasuna afrontará en los próximos años.
Sin alternativa a la vista
A falta de pocos meses para la convocatoria oficial de elecciones, Luis Sabalza se perfila, una vez más, como el único candidato a la presidencia del Club Atlético Osasuna. Tras una década al frente de la entidad rojilla, el dirigente navarro ha confirmado su intención de optar a un cuarto mandato, en un proceso electoral que, salvo sorpresa de última hora, volverá a estar marcado por la ausencia de competencia. Hasta el momento, no se ha hecho pública ninguna candidatura alternativa.
Ni movimientos internos, ni plataformas de socios han dado el paso para formalizar una lista que plantee una alternativa al actual presidente. La situación repite el patrón de anteriores procesos electorales, en los que Sabalza resultó proclamado automáticamente al no concurrir rivales. Ha habido rumores, pero la realidad es que a día de hoy no se ha manifestado ninguna candidatura alternativa.
La posibilidad de organizar una contienda electoral real se presenta cada vez más difícil ante la carencia de aspirantes que cumplan con los requisitos exigidos por los estatutos del club. Los aspirantes deben presentar un aval bancario solidario equivalente al 8 % del presupuesto anual del club —unos 6,4 millones de euros actualmente— lo que supone una barrera económica considerable. Sabalza no tiene que avalar tras haber tenido beneficios en su último curso.
El actual presidente de Osasuna nunca ha tenido oposición en los procesos electorales previos: en 2014, 2017 y 2021 fue el único candidato acreditado, lo que evitó la celebración de votaciones. A falta de confirmación de otras candidaturas, todo apunta a que Luis Sabalza repetirá como presidente de Osasuna, continuando una etapa caracterizada por su estabilidad política e institucional, pero marcadamente carente de competencia electoral. La reforma parcial de los estatutos ha intentado atenuar las barreras, aunque estas siguen siendo lo suficientemente elevadas como para desalentar a posibles aspirantes de perfil no acomodado económicamente o con menor acceso a avales bancarios.