El 8 de marzo todo el mundo se lleno la boca exigiendo igualdad y dignidad laboral para la mujer. Nosotras sabemos bien que esas reivindicaciones no pueden quedarse aisladas en un solo día al año, cumplimos ya el año de movilizaciones en nuestro particular 8 de marzo, en esta empresa que hoy en día es una de las mayores del sector de la dependencia, Amma Navarra.

Sin querer olvidarnos de nuestros compañeros, hay que tener claro que somos una empresa casi exclusivamente femenina, dotando a la empresa de la opción de marcar la diferencia y superar la sexualidad establecida en el mercado laboral. En vez de eso, la empresa se estanca en la idea de que el trabajo que realizamos es el que nos corresponde a las mujeres, cuidar de nuestros mayores, y casi pretende que le demos las gracias por recompensar esa labor con un sueldo mensual. Creemos que un pequeño análisis puede dejaros claro porqué exigimos condiciones laborales dignas y un sueldo que llegue a los 1.000 euros:

Nos damos buenos madrugones cuando nos toca ir de mañana. Como cualquier otro trabajador.

Tenemos un descontrol en nuestras vidas derivado de la turnicidad. Como cualquier otro trabajador.

Nuestras jornadas tienen unas cargas físicas brutales. Como cualquier otro trabajador.

Trabajamos fines de semana. Como muchos trabajadores.

Trabajamos festivos. Como muchos trabajadores.

Nuestros sueldos están entre 800 y 900 euros. ¿Como cualquier otro trabajador? NO

Si nuestros turnos, jornadas, horarios, etcétera son similares a los de cualquier otro trabajador, ¿por qué debemos conformarnos con unos sueldos mucho más bajos a los de cualquier otro trabajador? ¿Por ser mujer? Tenemos claro que no, sabemos que la pelea que nos queda va a ser duro, pero precisamente por ser mujer tenemos una firmeza, fuerza y constancia que nos hace aguantar lo que venga, superarlo y llegar a nuestro fin marcado desde el inicio. En este caso un convenio digno y que refleje las demandas y necesidades de las trabajadoras de Amma Navarra.

Para ello seguiremos con las movilizaciones, manteniendo la unidad entre los y las trabajadoras y respondiendo con seriedad y contundencia a los ataques de la empresa como lo hemos hecho hasta ahora, esto sí, como cualquier otro trabajador con un conflicto abierto. Porque los 1.000 euros que pedimos no es un capricho sino una necesidad ante la crisis que sí está presente en nuestras vidas diarias, no así en las cuentas de esta empresa.

Ánimo a todas las compañeras y compañeros.