El pasado 3 de abril nos dijeron que Nahia, nuestra hija de 4 años, se tenía que quedar ingresada porque tenía neumonía. Nos anunciaron una semana aproximada de ingreso y entonces empezamos a pensar lo duros que podían ser los días de hospital con una niña tan pequeña. Pero cuál fue nuestra sorpresa cuando una madre nos comentó que a partir de 3 años tenían la opción de ir al aula escolar, mañana y tarde, donde Begoña y Lourdes realizan una estupenda labor, tanto a nivel académico ayudándoles a que no pierdan el ritmo escolar, tanto a un nivel mucho más valioso en nuestra opinión: el encuentro entre diferentes niños y niñas ingresados. La oportunidad de vivir un tiempo ocupado y útil en el hospital, un espacio en el que reciben cariño y pueden compartir lo que les está ocurriendo. Y no solo eso, es que también nos informó de que todos los días de 17 a 19 horas voluntarios de Cruz Roja organizan una ludoteca en ese mismo aula, además de dejar juguetes o libros en las habitaciones de quien no puede o no le apetece acudir. Nahia ha disfrutado mucho de estas dos opciones y nos consta que, gracias a ellas, su estancia en el hospital ha sido de mejor calidad.

Es por eso que queremos agradecer a todo el personal hospitalario de la planta de Pediatría de lo que todos conocemos como Virgen del Camino su atención y su buen hacer, haciendo mención especial al trabajo que desempeñan en el aula escolar. Pero, sobre todo, en estos tiempos en los que parece que nos cuesta tanto ofrecer nuestro tiempo libre gratuitamente a los demás, muchísimas gracias a los voluntarios de Cruz Roja que todas las tardes, empujando dos carros a rebosar de juguetes y libros, los van repartiendo por las habitaciones y convierten el aula de la escuela en un espacio donde madres, padres, niñas y niños olvidamos un poco que estamos en el hospital y donde podemos compartir pequeñas sonrisas de ilusión.

Erronkaritik, eskerrik anitx!!