Síguenos en redes sociales:

Los bancos, esa trampa

Recuerdo que hace no muchos años, los bancos te pagaban un interés que iba aumentando a partir de una cuenta corriente, una de ahorro, un plazo fijo, etcétera. También recuerdo que cuando nacía un niño o hacía la Primera Comunión, su padrino o algún familiar le abría una cuenta de ahorro para el día de mañana o cuando fuera a la mili, convencidos de que esa inversión era el sitio más seguro para el futuro de su dinero.

Bien, pues estas cosas han ido cambiando. Esto último porque nadie está convencido de que cuando el niño crezca exista el banco en cuestión o haya sido absorbido por otros y la pista de los valores en los que estén sus ahorros se pierda por algún raro laberinto financiero y lo primero porque los bancos ahora, aunque no te den créditos, te cobran por tener aquellas cuentas y por los apuntes y por pagarte un talón de tu propio dinero... y por todo. Y entonces ¿por qué metemos el dinero en el banco? Y la respuesta es: no queda otro remedio, estamos atados de pies y manos.

En otros países existe la posibilidad de pagar tus recibos en lugares destinados a tal efecto sin tener necesidad de contar con el banco, si tú no quieres. Aquí, el descarado apoyo a la banca de los distintos gobiernos de derecha o de supuesta izquierda de nuestra historia reciente ha hecho que eso no sea posible. El montaje te obliga a domiciliar tus pagos, para ello a abrir una cuenta bancaria y ahí está la trampa. Empezamos por las nóminas (se acabó el sobre), la luz , el agua, el gas, el alquiler... toda la lista de facturas de tus gastos por las que te van a cobrar. En muchos sitios oficiales u oficiosos ya solo aceptan pagos con tarjeta, por la que te cobran, nada de efectivo. Estás en la trampa, se quedan con tu dinero por todo y si te descuidas por mucho más. No puedes con tu indignación cuando escuchas sus bochornosos beneficios o cuando te dicen que a los bancos que han abarcado más de lo que podían, hay que capitalizarlos para salvar el sistema. Eso sí, con fondos públicos a un 1% para que luego nos presten nuestro propio dinero, si quieren, del siete para arriba. No parece real. Nos echan a los lobos y encima atados de pies y manos.