Ministra del lujo navideño
No deja de sorprender que, ante la Navidad, en estos tiempos de crisis en que todos intentan reducir gastos y excesos, aparezcan en el derrumbado gobierno infamias nuevas. Mientras el mismo Dios nace en un establo, entre heces y bestias, pobre y humilde, rechazado por el mundo nada más llegar, el mundo por Él creado, como modelo para el comportamiento de los cristianos, los socialistas de nuestros días parecen derrochar y mostrar todo lo contrario, entregados al oro y a la banca, como si insultasen a los trabajadores a los que falsamente decían representar. Todavía provoca exclamaciones de indignación la todavía ministra del ministerio de la incultura, González-Sinde, después de la extraña gira con su séquito de casi veinte mil kilómetros, como un pachá de fabulosa fortuna, colaborando a la ruina del país con sus gastos fabulosos. Una ministra socialista que ha de salir ya del poder, expulsada por el pueblo, cuando hablan de reducir sueldos y pensiones a los trabajadores o jubilados, se expande en viajes fabulosos y además cambia el hotel de Moscú para conseguir una suite de lujo que cuesta el doble de la prevista, 1.180 euros en el hotel Kempinski. Casi dos veces el salario mínimo que muchos cobran al mes, pero gastados en una nochecita. O tal vez espera, junto a los inocentes abortados o asesinados por Herodes, que el nuevo Gobierno la convierta en estrella, no ya de cine, donde ya estaba con sus amiguetes y gran tinglado ha tejido para sus intereses, sino del firmamento, como ministra del lujo para celebrar la Navidad y que los menesterosos aprendan.