Tristeza, indignación, asombro, mala sangre, vergüenza, rabia, mucha rabia, pero sobre todo solidaridad. Solidaridad y empatía entre la mayoría de los compañeros y compañeras de Ciclo y Eulen jardinería y la ciudadanía de Iruña que no da crédito a que el Ayuntamiento ponga en peligro los jardines que han hecho famosa esta ciudad.

Claramente, los despidos que nos anuncian son una decisión político empresarial, pero tras cada uno de ellos hay personas y familias dignas, muy dignas, que se preguntan por qué las carteras de UPN siguen engordando a costa de desangrar a los trabajadores.

Dicen, sin mostrar ningún documento que lo certifique, que el Ayuntamiento recorta un 20% del presupuesto a Eulen y, sin embargo, los despidos anunciados suman un 38% de la plantilla (19 trabajadores de jardines municipales y 4 del servicio de exteriores).

Es tan grande la agresión que el 3 de enero comenzamos una huelga indefinida, sobre todo durísima para nosotros y que ojalá pudiésemos evitar. Entre tanto las empresas se niegan a negociar otras medidas menos traumáticas que garanticen los no despidos.

¿Cómo se entiende que las actuales contratas con Ciclo y Eulen finalicen en abril y sin embargo sea en enero cuando quieren despedir?

¿Qué tienen que decir los grupos políticos en el Ayuntamiento de Iruña? ¿Qué tal si el Consistorio y las empresas reparten sus riquezas?