En Bruselas, los medios han grabado a Rajoy comentando que la respuesta a sus reformas inminentes en España va a ser una muy probable huelga general que los sindicatos querrán llevar a cabo, arrastrando con ellos a la clase trabajadora y a toda la ciudadanía descontenta de la situación que le ha tocado vivir.
Pero en esta realidad va implícito el protagonismo que los agentes sociales quieren recuperar a costa de paralizar el país, en un momento en que lo más inoportuno para la economía nacional es perder la millonada de euros por dicho paro, y que tanta falta nos hace para pagar la deuda externa.
La huelga general, como en otras ocasiones, no va a servir para nada, porque incluso en Bruselas saben de estas cosas y nos ven desahogándonos de nuestra pataleta por tantos recortes y, si paralizamos el país, se va a retrasar aún más nuestra salida de la crisis.
Esta época precisa del aporte sacrificado de todos los españoles, demostrando a la comunidad internacional que sabemos reaccionar con nuestro trabajo, si es que en realidad amamos a nuestro país. Otra cosa es la manipulación que los sindicatos quieren infligirnos para demostrar al Gobierno, el que sea, que ellos son fuertes y que su poder precisa de unas atenciones económicas, como ya las han tenido antaño.
Opino que no hay que caer en tales maniobras y sí protestar masivamente sin que nadie nos manipule en interés propio. No comulgo con el PP, pero lo que pido al Gobierno de don Mariano es que no vuelvan a caer en la política de subvenciones procedentes del erario público, como ya era costumbre en el PSOE, porque España está de recortes.