'El Gobierno foral apuesta por el empleo'
TITULABA el editorial de uno de los periódicos de nuestra comunidad. Para añadir, a continuación, que Yolanda Barcina anunció un paquete de medidas para incentivar la contratación por un importe de 12 millones de euros. Anuncio que contrasta con otro paquete de medidas, que unos días antes realizaba el vicepresidente Roberto Jiménez, de recorte de 25 millones de gastos de personal en la Administración foral.
En el reparto de tareas ha salido claramente perjudicado el dirigente socialista frente a su compañera de gobierno regionalista. Mientras aquel debe unir su imagen a la de las malas noticias, esta solo aparece públicamente ligada a promesas y esperanzas.
Yolanda Barcina oferta ayudas de 4.800 euros para el fomento de las contrataciones. Roberto Jiménez ofrece recortar, como mínimo, el 25% de los contratos que se produzcan por jubilaciones (en 2012 se jubilarán unas 800 personas luego, al menos, se perderán 200 contrataciones por esta medida).
La presidenta ofrece deducciones fiscales de 4.200 euros por puestos de trabajo indefinido. El vicepresidente oferta la congelación de la oferta pública de empleo.
Barcina propone subvenciones de más de 3.800 euros para la contratación de perceptores de la renta de inclusión social. Jiménez nos regala una reducción de un 15% de los contratos por sustituciones realizados en 2011, año en el que ya se había producido un recorte enorme de estos contratos pero que, a pesar de ello, supondrá otros 300 contratos menos.
Yolanda publicita un programa extraordinario de formación para personas en desempleo. Roberto suspende la mitad de la formación.
La presidenta Yolanda Barcina da la imagen de preocupación por el empleo, proponiendo ayudas que no van a crear puestos de trabajo quedando reducidas, por tanto, a una mera campaña publicitaria. La recesión económica y la reforma laboral del Gobierno de Rajoy van a provocar una masiva destrucción de puestos de trabajo. Los empresarios que contraten personal lo harán porque lo necesitan, con ayudas o sin ellas. Así, se va a producir una gratuita aportación de fondos públicos a sus bolsillos.
Mucho mejor sería que esos 12 millones de euros se dedicaran a mantener el empleo público para que los servicios que se prestan a toda la ciudadanía no se deterioren al ritmo con que lo están haciendo en los últimos meses. Se conseguiría, de esta forma, cumplir dos objetivos fundamentales para nuestra sociedad; trabajo y calidad de los servicios públicos.
Javier Barinaga Adrián