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Una orden foral imposible de cumplir y un despropósito

El pasado 13 enero del presente 2012, la consejera de Política Social, Igualdad, Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra publicó dos órdenes forales por las que aprobaba la convocatoria de "subvenciones a entidades de iniciativa social del área de personas mayores para el desarrollo de programas de promoción de la autonomía y prevención de la dependencia" (O.F. 223/2011) y "de fomento del asociacionismo dirigida a entidades de iniciativa social del área de personas mayores" (O.F. 230/2011), ambas para el año 2012.

Para poder acceder a las convocatorias, las citadas órdenes forales exigen que las entidades que pretendan acceder a las subvenciones deben "ser personas jurídicas, estar legalmente constituidas y estar inscritas en el Registro de Servicios Sociales del Departamento de Política Social, Igualdad, Deporte y Juventud".

Pues bien, esta condición es imposible de cumplir porque el mencionado Registro no existe y si se ha creado lo habrá sido en el Boletín Oficial de Navarra, pero al departamento que dirige la señora Torres se le ha olvidado dotarle de los medios necesarios: un espacio físico, personal que lo atienda y lo custodie, medios mecánicos y/o informáticos, o sea, crearlo en definitiva.

Aunque esto es lo que pasa, al Departamento de Política Social no le duelen prendas para exigir a las asociaciones que por primera vez concurrimos a las convocatorias antes citadas, la acreditación de que estamos inscritos en ese registro que no existe. Al menos a estas que sepamos.

Ni se nos pasa por la cabeza pensar que se trate de una argucia gubernamental para hacer un nuevo recorte. Se tratará de un error, un olvido, una negligencia, porque no queremos creer que se pretenda dejar en el desamparo a tanta asociación de mayores, a tanto club de jubilados que funcionan en Navarra.

Para corregir tamaño despropósito, la señora consejera debe dictar nuevas órdenes forales que corrijan lo imposible de cumplir en las anteriores, renovar la convocatoria y conceder, de esa manera, la igualdad de oportunidades a todas las entidades que pretendan acceder a las subvenciones. Es la única forma de evitar recursos sobre la decisión que tome la consejera Torres y el colapso de los centros de jubilados y asociaciones de mayores de Navarra.