Paisaje municipal
Si UPN atendiera debidamente al espíritu que se refleja en la exposición de motivos que inspira la Ordenanza municipal del euskera, no estaríamos intentando una modificación de la ordenanza que garantice ese espíritu. Cualquier otro grupo político que gobernara en este Ayuntamiento, creo que sería incapaz de tomar decisiones tan retorcidas que inutilizan de hecho la Ordenanza que existe. Esas decisiones, esa aplicación que hace UPN, deja sin efecto todo el espíritu de igualdad entre las dos lenguas oficiales de esta ciudad. Deja sin efecto la garantía que dice que debe existir en la atención municipal a vecinos y vecinas en euskera. Esas decisiones y la forma de actuar dejan sin efecto la voluntad de fomentar el euskera, en tanto que lengua minorizada.
Unión del Pueblo Navarro solamente habla del euskera en campaña electoral y cuando se le critica desde Europa. El resto del tiempo se dedica a inventar formas de esconder, de minimizar su presencia y a poner obstáculos de todo tipo, no solo a su desarrollo obligatorio, sino a la voluntad expresada de infinidad de vecinos y vecinas de esta ciudad.
Y para prueba del algodón de que eso que tanto pregonan de que cumplen con la Ordenanza del euskera en el paisaje lingüístico que depende del propio Ayuntamiento, de que son igualitarios con ambas lenguas oficiales, hagamos el ejercicio de sustituir una lengua por otra en todo ese paisaje. Imaginemos que lo que está rotulado en euskera, lo estuviera en castellano y al revés.
¿Qué tal? ¿A alguien le molestaría el resultado? ¿Alguien se sentiría minimizado? ¿Los castellano hablantes sentirían que su lengua estaba discriminada?
Cuando pedimos un trato igualitario, ni estamos locos ni pedimos nada que no sea legal ni contrario a derecho. Simplemente pedimos eso, un trato igualitario, ni más ni menos.