20 euros dorados
Hace unos días, y tras haber atendido a una paciente por medio de una sesión rehabilitadora, ella no hizo sino confirmar mis sospechas sobre su gran corazón.
Fue operada hace algún tiempo de cáncer de mama, y su recuperación parece ya definitiva. Yo le hablé de los programas sobre prevención del cáncer de mama en los que me toca colaborar, y de cómo en ocasiones, mujeres jóvenes a las que todavía no se les reclama para las pruebas de mamógrafo, deben, sin embargo, ser sometidas a otras observaciones para confirmar las sospechas que, a través de ciertas revisiones, nos indican que el riesgo de aparición, crecimiento y malignización, en su caso, de determinados nódulos o bultitos, existe realmente.
Pues bien, esas pacientes jóvenes normalmente tienen que costearse estas revisiones en consultas particulares, al hallarse fuera de los programas establecidos oficialmente. Y ello cuesta dinero; bastante dinero. Le comenté, que, en esos días, una de aquellas jóvenes mujeres debería someterse a una resonancia o ecografía. Nuestra querida paciente quiso saber el precio de estas pruebas y, al enterarse, su sorpresa fue grande, por lo elevado de las mismas. Hablamos un ratito sobre el tema, y al llegar el momento de abonarme la sesión (30 euros) me entregaba un billete de 50. Cuando me disponía a entregarle las vueltas, ella, decidida y solidaria, me dijo: "Esos 20 euros restantes los guardas para esa joven de la resonancia". Le di las gracias en su nombre, y ese instante entrañable y magnífico acabó por iluminar lo que restaba del día.
Esta es una de las llamadas noticias invisibles, pero que a uno le emocionan grandemente y le ratifican en el ánimo de continuar apoyando al colectivo de afectadas por esta enfermedad. Gracias, querida, por ese detalle magnífico. Continuaremos viéndonos, y constatando cómo tu buena salud se manifiesta ya de forma permanente.