El baloncesto
No sé si hablo desde el resentimiento por mi 1,65 de estatura, pero vuelvo en este momento a casa de mi hora de terapia psicológica semanal para la recuperación de mi autoestima por haber entrado al final del partido en una cancha de baloncesto, cuando los jugadores aún se encontraban en ella y ya va para seis años. Ya sé que muchos dicen que hay buenos jugadores de baloncesto bajitos, pero lo que yo pude comprobar es que los que parecían pequeños desde fuera, eran altos, los que parecían normales eran altísimos y los que parecían altos eran como de otro planeta.
El baloncesto parece que nació en Springfield, el pueblo de los Simpson, en 1891 y su fundamento era el de arrojar hacia arriba un balón para introducirlo en una canasta (en principio fue un cajón), que estaba a una altura inalcanzable para los jugadores, ya que la estatura media de los americanos era de aproximadamente 1,75 y la altura en que se colocó la canasta de 3,05, salvo en la NBA en que se puso a 3,10. Ha pasado mucho tiempo y la altura media no solo de los americanos sino la de los españoles ha aumentado considerablemente y, sin embargo, a nadie se le ha ocurrido elevar la altura de la canasta en la proporción adecuada para que el espíritu del juego sea el mismo. Así que ahora se juega al baloncesto echando el balón hacia abajo en vez de hacia arriba y se ha convertido en un deporte en el que lo más importante no es la habilidad del jugador sino la ventaja que le otorgue una desproporcionada altura. Hay disciplinas deportivas en las que el tamaño es definitorio, a nadie se le ocurre enfrentar en halterofilia, en judo o, por ejemplo, en boxeo a un peso mosca con uno pesado, sin embargo, en baloncesto, un buen jugador, aunque no alto, imaginativo y hábil, puede ser anulado por otro cuya única virtud sea la de un desproporcionado tamaño que a nadie representa. No sería mas lógico hacer dos ligas, una de hasta por ejemplo 1,85 de estatura y otra para los altísimos, subiéndoles a estos últimos la canasta unos 40 cm a ver si son tan listos.