Todo es cíclico, se repite. Tarde o temprano los titulares de prensa vuelven a ser idénticos en la base aunque la información varíe en detalles. De nuevo una persona muerta a causa de la violencia a causa de las armas. Es decir, asesinada. El joven Iñigo Cabacas ha sido la víctima esta vez.

Nuestra sociedad es clasista, elitista. Nos valemos muchas veces del blanco o negro, de esto sí o esto no, este es de los míos (buenos) y ese es de los otros (malos malísimos). Muchas veces señalamos con el dedo y realizamos prejuicios sin tener mayor información que la que nos llega y queremos que nos llegue de manera superficial o sesgada.

La autopsia al cadáver del joven vizcaíno aclara que su muerte se produjo a causa de una pelota de goma disparada por la Ertzaintza. El hecho ya no tiene marcha atrás porque el chaval no va a volver por mucho que se hable o se investigue sobre el tema, pero es una buena oportunidad para que la sociedad civil en general, y política en particular, demuestre de qué pasta está hecha.

La Policía, sea del color que sea, es un instrumento usado por los gobiernos para mantener al pueblo en orden, y está visto que a través del jarabe de palo, además de todas las herramientas físicas y psíquicas usadas por las FSE en sus dependencias, encarrilan a la ciudadanía. Con esta afirmación no estoy siendo subjetiva, ya que me remito a los hechos que podemos ver continuamente en medios de comunicación e Internet.

Volviendo al caso de Iñigo, tenemos la oportunidad de decir una vez más basta ya a muertes violentas a causa de las armas. Tenemos que dejar la hipocresía a un lado. Esta muerte no es ni más ni menos que una que hubiera llevado a cabo ETA. No es cuestión de comparar. Es un asesinato más. Los que antes pedían insistentemente la condena del terrorismo y se aferraban a la democracia deben mojarse ahora y hacer lo propio con este asesinato, igual que los que no han llegado nunca a pronunciar el verbo condenar no deberían ensañarse a ciegas con el autor del crimen y ser consecuentes y coherentes en sus declaraciones y peticiones. Es hora de ser claros y rotundos. ¿Estamos en contra de todo tipo de violencia? ¿Se aplicará justicia hasta el final? Yo estoy en contra de todo tipo de violencia. ¿Y ustedes?