Paradójicamente, los descendientes de aquellos extraordinarios astrónomos, matemáticos y arquitectos mayas han resultado excluídos estos días de las diferentes celebraciones oficiales en torno al final del b'aktun 13 y ante el comienzo de un nuevo tiempo augurado hace siglos por sus antepasados. Lejos de recibir el reconocimiento local e internacional por todo su bagaje y sabiduría ancestral, los indígenas mayas, a día de hoy y desde la humildad que los caracteriza, siguen soportando una pesada carga generada por las sociedades narcisistas y capitalistas. De una manera basta y tosca, aquellos que piensan más en su propio beneficio e interés han pretendido apropiarse de unas profecías que justamente vaticinaban lo contrario de su comportamiento estrecho de miras, la apertura de conciencia y la unidad de todos los seres vivos sin discriminación alguna.

Sirvan estas breves líneas para hacer presentes a todas aquellas personas que, por las razones que sea, permanecen excluídas o discriminadas por el sistema hegemónico y dominante. Porque a pesar de la carga que ello supone, también están en mejor disposición para poder desarrollarse y crecer de manera más autónoma, justa y solidaria, libres de condicionamientos y ataduras impositivas atrofiantes.