El vicepresidente de la CE reconocía que la construcción europea está a medio camino y que los sacrificios solo son útiles si conducen al crecimiento. Esta es la batalla que está dando el Gobierno español en Bruselas, después de asumir la obligación de reducir el déficit heredado. El consenso espontáneo contra una propuesta improvisada de establecer un contrato único en las relaciones laborales, viene a reconocer los esfuerzos del Gobierno en sus reclamos a Bruselas. Y aunque una golondrina no hace verano, bueno sería que todo el mundo empiece a darse cuenta de los esfuerzos del Ejecutivo para poner los cimientos de una recuperación económica.