He tenido oportunidad de leer en su diario la noticia titulada "La clínica de abortos presenta denuncias por el escrache de antiabortistas a mujeres" y me sorprendió mucho su contenido y la falta de testimonios de las personas acusadas, siquiera para poder dar su propia versión. No es mucho pedir, creo, a un periódico de la tradición del que usted dirige, el mínimo contraste de las noticias que publica.

Formo parte del grupo de voluntarios al que hace referencia la noticia y nunca creí que repartir folletos con información, una sonrisa y ofrecer cualquier tipo de ayuda a madres que quisieran sacar adelante su embarazo pueda ser interpretado como una forma de acoso o intimidación. Más aún, estoy convencida de que ofrecer información alternativa contribuye a crear una sociedad más libre en la que una mujer no se vea obligada a abortar por falta de información, falta de alternativas o falta de recursos. El Estado ofrece pocas ayudas a estas mujeres. En la Escuela de Rescates de Navarra tratamos de paliar estas carencias de forma voluntaria y desinteresada, apenas sin recursos. Y lo hacemos desde el respeto y el cariño. Todas las acusaciones que ha hecho el director de la Clínica Ansoáin son falsas.

Nosotros informamos respetuosamente, pero no coaccionamos a nadie, ni amenazamos. Y mucho menos calumniamos e injuriamos sobre el señor Gurrea, del que solo recibimos malas palabras cuando estamos allí. No atacamos a las madres por el mismo principio por el que defendemos la vida de sus hijos. Respetamos la libertad y la dignidad de cada persona y la vida. Haciéndolo todo compatible.